Es evidente. El diagnóstico ya está realizado y es de sobra conocido. Las sombras que creíamos olvidadas en el pasado están de vuelta y cada vez cobran más intensidad. Vivimos en un escenario apenas imaginable hace cinco años en el que las fuerzas más ultraconservadoras se están haciendo de nuevo con el poder del discurso. No sólo el político, con la emergencia del partido de ultraderecha VOX en todas las instituciones del Estado, sino también el social.
Estas navidades corría la noticia de que los mismos que pusieron ese naranja autobús de la vergüenza a circular por nuestras calles estaban recogiendo decenas de miles de firmas para que la plataforma Netflix retirara una película de su catálogo. En concreto una de humor sobre la vida de Jesús. Prohibir una película cómica de contexto bíblico 40 años después del estreno de ‘La vida de Brian’. Casi medio siglo después esta gente instalada en la Edad Media vuelve a abrir debates cerrados. Y lo hacen en nombre de la fe.
Pero, como decimos, esto ya es conocido. La pregunta que nos queremos hacer desde este primer editorial del decenio es: ¿y nosotros? ¿Y nosotras? Una pregunta que rima con la maravillosa columna de Carlos Barberá en páginas interiores. Ellos vuelven a la carga, sí. ¿Qué haremos quienes construimos alternativas hace ya décadas? ¿Qué haremos los que tenemos el destino por delante, protagonistas de nuestro tiempo? ¿Surgirá la misma voz profética revolucionaria y transformadora que hoy parece dormida en este 2020 recién estrenado?
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