“El mundo va girando inevitablemente”. Con estas palabras comienza el texto mágico que nos introduce en el nuevo disco de Álvaro Fraile casi como una declaración de intenciones. El tiempo pasa, parecen decirnos con la tranquilidad de lo asumido (nunca de lo resignado) las letras. Y, ciertamente, algo de tiempo ha pasado desde aquel Tiempo de Sol que Álvaro lanzara a comienzos de 2007. Desde la presentación de ese primer disco en solitario le ha llovido una década y le han amanecido tres hijos. El mundo gira, inevitablemente y no tiene sentido tratar de detenerlo, sino más bien crecer y moverse (o bailar) a su mismo ritmo.
Con este De lluvia y de sol presentado el pasado mes de diciembre en Madrid, Álvaro cierra la trilogía personal que comenzase el mencionado Tiempo de Sol y que continuara en el año 2010 Nosobranlasnubes. Un disco de equilibrio, de madurez y de crecimiento. La concreción de un estilo y un enfoque que ya son inconfundibles. Tras un primer disco lanzado, según Fraile, como un canto “al tiempo de las buenas cosas, de las buenas intenciones, de las cosas bellas” y una vez madurado ese sentimiento en un segundo proyecto en el que se reivindicaba que “las nubes no nos sobran del todo para crecer”, De lluvia y de sol “es un disco más parecido a lo que yo me siento llamado a hacer como músico y como persona. Con esto cierra una trilogía, lo siguiente cambiará de rol”. Es, por tanto, una estación de llegada después de un largo camino recorrido y, al mismo tiempo, la estación de salida de lo que está por venir. “Para mí este disco significa asumirnos así, con las lluvias, con los soles. Las lluvias y los soles que no son sólo las cosas buenas y malas que tenemos cada uno sino los valores altos por los que podemos optar y los más bajos, las grandes aspiraciones y las peores… y también todo aquello que tiene que ver con el crecimiento y madurez personal que queda por el camino”. Un disco que es una aventura que no esquiva ninguna sombra para presentar las luces reveladas.

Portada del último disco de Álvaro Fraile
Se preguntarán todas las personas que siguen con interés la carrera del músico madrileño adoptado desde hace años por Segovia dónde queda entonces Sol.Fe.Ando dentro de todo este recorrido. “Sol.Fe.Ando se coló en medio de la trilogía. Yo quería hacer un proyectito rápido y mucho más sencillo de lo que al final fue juntando canciones que había grabado para otros con el único objetivo de reunirlas y ofrecerlas a quien le pudieran servir. Decidí que fuera grabado en directo precisamente para que las canciones estuvieran un poco más vivas que las versiones que existían de estudio. Más que un disco era una experiencia”. Y una experiencia que, sin duda, no le ha ido nada mal. Cientos de seguidores le acompañan en redes sociales y llenan los conciertos que ofrece por toda la geografía española junto a su fiel escudero y coproductor del disco, el pianista Álex Delgado.
El día de la presentación del disco en Madrid daba la sensación de que no faltaba ninguno. Desde distintos puntos del país habían tomado pacífica y culturalmente una abarrotada Sala Galileo que no daba más de sí. Este cronista poco previsor que les escribe se vio obligado a seguir el concierto desde el espacio libre que quedaba en la barra. Un lugar cuando menos interesante para medir las reacciones de un público entregado al que ya se ha convertido en un referente por su forma de cantar desde la cotidianidad de la vida a los temas más altos. Silencio atento y escucha para los temas nuevos y los estrenos. Ovaciones y coros para los que ya se han convertido en grandes éxitos. Un momento memorable del concierto fue el medley en el que Álvaro y su banda se permitieron tocar Dale la vuelta, Contigo me la juego y Todo es perfecto del tirón y sin presentaciones. Una mesa de chavales y chavalas de no mucho más de 17 años sentados frente a mí se ponían en pie, silbaban y reían con risa nerviosa con cada cambio de melodía. Como en los tiempos buenos de los cuatro de Liverpool. Contando con músicos como Javier Barajas, Óscar Fernández o Manu Clavijo, que hacen un trabajo brillante y bien cerrado tanto en el directo como en el disco, bien se puede.
Dentro de De lluvia y de sol podemos encontrar temas que vibran en la misma onda que su anterior proyecto como Salta, Buena noticia o Intacta, caprichos como El club de los románticos en celo, canciones en las que el autor vuelve a desnudarse como Te esperaré, Mi cruz mi luz o la gigante Ta(n)lento y composiciones de absoluta actualidad con enfoques novedosos como Refugio, sobre el drama de las personas refugiadas o Ser uno más, con una poderosa visión sobre el bullying. Un disco que busca el equilibrio en el contraste y se permite hablar del día a día del autor desde la ternura de canciones como Éramos, en la que todos estamos invitados por unos minutos al salón de juegos de sus hijos. Lo que da una unidad palpable a todo el proyecto es la voz reconocible y potente del compositor. Todos los temas están escritos desde Álvaro, desde su vivencia personal, desde su yo. Con sus luces y sus miserias. No hay artificio. No aparece el envoltorio que suelen traer las canciones realizadas por encargo. En De lluvia y de sol Fraile no nos quiere enseñar a vivir, nos cuenta cómo vive él.
Especialmente destacables son Ta(n)lento, quizá la cima de esa desnudez emocional que atraviesa al oyente, con una realización que consigue estar a la altura de los directos dando la talla con creces y Refugio. Refugio está llamada a ser una canción que remueva conciencias no sólo por la dolorosa temática sino, muy especialmente, por una perspectiva que desmonta al que se enfrenta a ella. No es una canción protesta, ni siquiera un grito. En el concierto Álvaro la presentaba diciendo que antes de tener hijos vivía el tema de los refugiados con indignación. Tras nacer su primer hijo pasó a vivirlo con enfado, con el segundo esté mutó en tristeza y con el tercero definitivamente en miedo. Es desde ahí desde donde canta a los refugiados, desde la empatía de un padre que mira a iguales. “Como padre de familia yo me intenté poner en la piel de un montón de fotografías pensando en cómo un padre hablaría con su hijo en estas circunstancias, cuando han dejado todo atrás y se dirigen a una tierra prometida que luego no es ninguna tierra prometida sino todo lo contrario, otro infierno más. Me ponía en la situación de ir de la mano de mis hijos y decirles ‘no os preocupéis, ante todo yo voy a estar con vosotros siempre’. La foto de aquel chiquitín Aylan muerto en la playa me destrozó el corazón. Veía a mi hijo Pablo y a partir de ahí creo que me cambió la óptica con la que estaba viendo cada imagen de refugiados. Nadie debería buscar más refugio que el de un abrazo”.
La vida cotidiana traduciendo el mundo, con sus retos, sus virtudes y sus placeres. En eso consiste este disco o, como cierra la mágica introducción de Álvaro con la que empezábamos, “en lo contradictorio que es fundir la lluvia con el sol”.
Pero ya saben, sin esa contradicción nunca tendríamos arcoíris.
Es una pena que no se pueda encontrar el disco todavía en Spotify. Al final habla de la autoproducción o de la falta de capacidad para llegar a más gente. Una pena porque el disco, y él merecen mucho la pena. ¿Faltan productoras serias en este país para publicar música comprometida?
El disco no está aún en plataformas digitales por opción. Estará en breve.
Pero se puede conseguir fácilmente en sus conciertos y en la tienda on line. http://www.alvarofraile.com/tienda/ . Gracias.